La fortaleza es la capacidad que nos permite mantenernos fieles a nuestras convicciones y hacerles frente con firmeza y energía a las diferentes situaciones con que nos encontramos en la vida. Los que son fuertes no se dejan tentar por las cosas que saben no les convienen o no son buenas para ellos o para otros, así se les presenten bajo la forma mas atractiva y seductora. Son personas aplomadas y serenas, que conservan la compostura tanto en los buenos como en los malos momentos, pero sobre todo en estos últimos, infundiendo confianza y tranquilidad entre quienes las rodean.

No debemos confundir, sin embargo, la fortaleza con la inflexibilidad, el cerramiento de espíritu o la dureza de corazón. Gracias a la fortaleza, aprendemos también a resistir la adversidad, las enfermedades y el dolor en sus distintas formas y a luchar contra ellos sin amargura, poniendo todo de nuestra parte, seguros de que vamos a salir adelante.

Para ser fuertes:
• Si pasamos por un mal momento, evitemos dejarnos arrastrar por el pesimismo o el desanimo. Recordemos que los sentimientos negativos no son buenos consejeros.

• No cerremos los ojos frente a nuestras propias debilidades. Aceptémoslas tal como son, con honestidad. Solo así podremos controlarlas.