El capitán del Deportivo Anzoátegui, Juan Fuenmayor, es uno de los protagonistas del proyecto “Padres ConValores”
Desde hace tres años el joven capitán del equipo de fútbol del estado Anzoátegui, Juan Fuenmayor, goza de la aventura de ser padre y sobre ese tema conversamos con él.
El futbolista de 33 años edad está casado desde hace ocho con María Gabriela Wilhelm, quien lo hizo padre de la pequeña Christine, a quien recibió en su vida cuando jugaba en Noruega para el Vålerenga IF.
Juan, juega fútbol desde que tenía 4 años de edad. Comenta que su equipo favorito es para el que esté jugando y, aunque parezca mentira, se confiesa admirador de Michael Jordan. Es que el futbolista también ha jugado baloncesto desde su época de escuela.
¿Cómo te sentiste cuando te dijeron “vas a ser papá”?
- Súper emocionado. Desde que tenía 26 años ya estábamos buscando y a los 30 fue cuando llegó. Se dio en Noruega y fue muy emocionante. Siempre jugaba con mi sobrina y en ese momento me dije “ahora voy a poder gozar de jugar con mi hija”.
El capitán del DANZ asegura que nunca sintió temor porque la idea de tener hijos, era un deseo que siempre estuvo dentro de él. Dice con certeza que jamás se está preparado para ser padre, pero el tema de los niños siempre ha sido importante para él.
Cuando llegó el día del nacimiento de Christine, Juan recuerda con gran emotividad que quedó impactado al ver a su pequeña con apenas una hora de nacida y “Estaba rojita y con los ojos bien abiertos”. Cuenta con detalles que el embarazo de María Gabriela, el nacimiento de su hija y los primeros meses fueron muy tranquilos y llevaderos. “No fue traumático para nada, la pasamos súper bien. Mis entrenamientos eran a las 10:00 de la mañana y podía ayudar con los trasnochos”.
¿Cuándo fue que Christine dijo “papá”?
- Cuando tenía como un año, ya estábamos acá. La abracé y la mimé más de lo normal. Ahorita todo es papá. Cuando me dice “papito” sea lo que sea, así esté bravo chao con todo, es muy rico.
El jugador de nuestra selección nos cuenta que durante la crianza de la pequeña de la casa, su esposa y él han compartido todas las decisiones, desde comprarle cualquier cosa hasta la elección del colegio, la alimentación, con todo lo relacionado a la niña siempre llegan a un consenso, lo que además, ha sido muy ventajoso en la relación de pareja.
Juan demuestra estar muy involucrado como padre. Conoce en detalles a su pequeña y los comparte con nosotros entre risas: “Christine Se parece a los dos en el carácter y en el físico, aunque en la sonrisa dicen que se parece a mí. Cuando tiene hambre se pone de mal humor como la mamá y cuando tiene sueño se pone de mal humor como el papá”.
¿Qué esperas para el futuro de tu hija?
- Yo nací zurdo y mi mamá me enseñó a hacer todo con la derecha, de pierna soy zurdo. Cuando mi hija escribe, cuando pinta, lo hace bien con las dos y la dejamos que lo haga. A eso me refiero, que sea lo que ella quiera. Cuando sea grande si quiere bailar que baile, si quiere natación, si quiere gimnasia, que haga lo que quiera, todo está en manos de Dios. Ella tomará sus decisiones de lo que le gusta y lo que no, yo estaré para dar mis opiniones pero ella decidirá lo que quiere ser.
Los padres de Juan conocieron el deseo de su hijo de ser futbolista y lo apoyaron, sin embargo, le pidieron que se graduara en la universidad y así lo hizo. Estudió y se graduó de contador público. Pero comenta que es muy difícil ejercer la carrera porque el fútbol se juega todo el año y es un deporte bastante exigente.
¿Qué valores estás constantemente reforzando en la crianza de tu pequeña?
- Compartir y respetar, entre otros. En la medida que le enseñamos a respetar a otros también le demostramos que respetamos sus intereses y su manera de ser. Eso la ayudará a fortalecer su personalidad.
La pareja está planeando tener un segundo hijo y estudian los métodos existentes buscando la posibilidad de tener el varón.
¿Qué mensaje les dejas a los padres de hoy en día?
- Que sean pacientes, perseverantes y que aprendan a respetar también el espacio de los hijos. No imponernos, solo dar a entender nuestro punto de vista y que ellos tomen sus propias decisiones, que ellos sepan que sus decisiones son importantes.
Por: Liamir Aristimuño