El valor es la convicción que tiene cada ser humano de que algo es bueno o malo, de que algo conviene o no.
Educar en valores a los hijos es una de las tareas más importante que deben llevar a cabo los padres y educadores. Son ellos los que deben de propiciar el descubrimiento de valores importantes y contribuir a que poco a poco los hijos vayan creando una escala de valores que oriente sus conductas de forma coherente; ya que estos van a tener mucha importancia en el ajuste personal, social, familiar y profesional de la persona.
Los padres deben enseñar a los hijos a tener criterios con los que vivir, enseñarles a razonar, a tener juicio crítico, a discernir lo que les conviene o no.
La tolerancia es un valor universal, es el fundamento de toda educación y es pieza clave para educar en la pluralidad. Es una forma de enseñar a los hijos a ser solidario con la realidad propia de los demás.
Hay otros valores como la sinceridad, la lealtad, la bondad, la generosidad, el respeto, el optimismo, etc. que son realmente importantes, y que se deben transmitir a los hijos desde que estos son pequeños.
Otro valor es la responsabilidad. Es muy importante que los hijos aprendan a prever las consecuencias de tomar una determinada decisión, y a ser responsables con las decisiones tomadas.
Enseñarles a saber renunciar a lo que no les conviene, aunque aparentemente sea algo muy apetecible e interesante para ellos.
Fomentar en los hijos el autocontrol y desarrollar la capacidad de autodominio. Esto les va a ayudar a controlar un impulso, resistir el dolor, terminar las tareas empezadas, aceptar alguna contrariedad, etc.
Enseñarles a poner en práctica proyectos personales y educar en el esfuerzo. De esta forma irán adquiriendo el entrenamiento que van a necesitar para conseguir las metas que se propongan, aprenderán que esforzarse es lo más natural, y que gran parte de las cosas valiosas de la vida requieren esfuerzo y responsabilidad.