Leyendo lo que a muchas madres les ocurrió cuando tuvieron a su hijo, y recibieron la noticia de que tenía Síndrome de Down, no me queda más que decirles que a mí me sucedió lo mismo.
El personal médico y la clínica donde nació Otto, el Centro de Especialidades Anzoátegui, no cuenta con un servicio de apoyo que te visite, te asesore y te oriente sobre cuáles deben ser tus primeros pasos como madre. Se hace obligante que los hospitales públicos y privados establezcan contactos con grupos de apoyos para padres. Si bien es cierto que a mi acudieron muchas personas profesionales para evaluar a Otto, y darme apoyo en cuanto a su bienestar, no conté, ni aún después de casi 3 años la Clínica cuenta, con un equipo especializado que haga presencia en esos casos y que maneje el Síndrome de Down.
Un equipo que aunque sea te suministre material escrito, me refiero a una guía para nuevos padres, una lista actualizada de textos y recomendaciones iniciales, de páginas web que visitar, de Fundaciones o Instituciones locales donde vas a tener que llevar a tu hijo a consultas y terapias, que además debe incluir una lista de relatos y experiencias positivas de familias. Quien acaba de traer al mundo un niño con Síndrome de Down, debería como mínimo ser visitado por un equipo formado por alguna Fundación que integre a algunas madres de niños con Síndrome de Down, que tenga un psiquiatra o psicólogo que te ayude a digerir y asimilar la noticia durante las primeras horas. Pero nada de eso existe. Gracias a Dios que yo conté con la familia que tengo, que por su permanencia en la rama médica por toda una vida en la zona, no me faltaron manos que me ayudaran. Pero mi caso, no es el caso del resto de las madres ni del resto de las familias. No todas las madres reaccionan igual, ni todas las familias están conformadas como la mía.
Me quiero poner a la orden de toda madre que le sea informado que su bebé ha nacido con Síndrome de Down, o de aquellas, que han sido notificadas de ello por medio de una prueba diagnóstica y con amor y valentía han deseado continuar con sus embarazos entre la angustia y el miedo.
Ojalá estás líneas puedan llegarle a los obstetras de mi país. Si es así, guarden mi teléfono. Mi intención es que vayamos creciendo y uniendo fuerzas en este mundo de las madres con niños con alguna discapacidad. No hay razón para que no nos prestemos ayuda si las tendencias tecnológicas son de un alcance universal.
Llámenme! ANA VIRGINIA GARRONI R: 0414 – 084.12.84
Fuente: http://elmundodeotto.com/