Los padres tienen que ir enseñando a los hijos desde muy pequeños, a realizar y comprender las virtudes y valores humanos del trabajo, preparándoles para el futuro, cuando tengan que trabajar en los estudios, en la empresa o en la sociedad. Pueden empezar mandándoles pequeñas actividades y responsabilidades, dentro de la casa, para que se vayan acostumbrando a obedecer y a sentir la satisfacción del trabajo, bien hecho. Así cuando llegue la hora de realizar el trabajo profesionalmente, tendrán ya la costumbre convertida en hábito y posteriormente en virtud y sabrán organizar y administrar el tiempo, para poder hacer lo que sea necesario, sin poner pretextos para no hacer el trabajo que les corresponda.


El verdadero trabajo de los hijos dentro de la familia es estudiar, ayudar a los padres y a sus hermanos, también ayudar a los familiares y amigos. Deben esforzarse en prepararse muy bien para el futuro, aprovechando todos los medios a su alcance, procurando siempre recorrer una milla de más, en las obligaciones. El trabajo del estudiante es estudiar, hacer lo que les manden sin tratar de esquivarlo o buscando disculpas, incluyendo las tareas para después de la escuela.