Como padres debemos tener muy presentes que si es posible educar en valores, y que es en la familia donde por primera vez se enseñan y transmiten valores. Los padres son un modelo de valores, y los niños son unos imanes a los cuales se les adhieren muchos metales. Esos metales son los valores y anti valores, y es nuestro objetivo como adultos, a través del ejemplo, transmitir lo mejor.
La única forma efectiva de transmitir valores es a través del ejemplo.
¿Qué son los valores?
Los podemos definir como esa reacción que tenemos los humanos ante una situación, una realidad. Es lo que día a día llevamos a cabo y las acciones que realizamos delante de nuestros hijos.
Los valores son esa convicción de que algo es bueno o malo, y de si una situación nos conviene más o menos.
No hay que enseñar valores a los hijos porque la sociedad lo dice. Tenemos que enseñarlos porque es la manera más efectiva de construir una mejor sociedad y poder vivir en sana convivencia social.
Los valores reflejan la personalidad, están marcados y determinados por la familia (padres, abuelos, tíos), y se van a reflejar en todas las expresiones: sociales, afectivas, morales y culturales.
La fuerza del ejemplo es primordial para educar en valores. Desde pequeños los niños aprenden lo que perciben, son grandes observadores e imitadores: lo que ven lo hacen o lo quieren, lo que oyen lo repiten.